sábado, 30 de marzo de 2013


A veces, sonreímos como idiotas sin saber el motivo por el que lo hacemos,  o porque tenemos personas que nos hacen sonreír, en cambio, otras veces nos hundimos sin saber el porque, nos derrumbamos pensando que no hay solución a ninguna de nuestras cagadas, pensando que no encontramos la felicidad en ningún lado, hasta que nos damos cuenta de que no tenemos que buscarla, de que la felicidad va a llegar a nosotros cuando menos lo esperemos.Y cuando estamos hundidos, cuando sentimos que no somos tan felices como queremos serlo, no tenemos porque sonreír, ni tenemos que ocultar nuestras lagrimas. Deja que de tus ojos caigan cosas que te mojen la cara, porque ocultar eso, y sonreír aunque duela, es de insensibles.

En fin, grita, llora, ríe, haz lo que quieras y cuando quieras.

               La vida es una sola, y hay que disfrutarla.

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